Crónica de un viaje al oeste de Canadá. Mayo 2006 “The way that you wander " El camino por el que vas es el camino que eliges. es el día que pierdes. " De la película rodada en Las Rocosas "Jeremiah Johnson" Dir. Sydney Pollack con Robert Redford y el paisaje de Las Rocosas como protagonistas. Siempre que me dispongo a realizar un viaje extraordinario, al menos para mi que no viajo demasiado, recuerdo las crónicas de distintos viajeros por el que hubiese sido mi lugar de destino preferido, la España de 1800, la España del Siglo XIX. Viajeros de todos los países nos han dejado sus relatos por nuestro país, por sus ciudades y sus gentes, que no me canso de leer. Las crónicas del viento frió de Madrid, la hermosa y primaveral Málaga, la encantada Granada, Sevilla esplendida, la inmortal Toledo, Segovia con calles empedradas hace dos mil años, Valencia huertana, esas sierras con bandoleros que los viajeros no encontraron, esos primeros ferrocarriles a los que los españoles de la época solo se subían después de hacerse la señal de la cruz, y todos esos lugares de nuestra piel de toro que no me cabrían aquí, todos esplendidos para mi. Hoy el mundo es global y nos permite en diez horas de
avión estar en cualquier lugar de nuestro pequeño planeta, lo que buscaban los viajeros europeos
en la España del XIX, lo buscamos los occidentales en cualquier lugar alejado y
remoto en nuestro tiempo. El Oeste de Canadá, ha constituido una de las ultimas fronteras. Vancouver es la capital económica y Victoria la política de la provincia canadiense de la Columbia Britanica en la costa del Pacifico. Canadá un estado federal joven, creado por los hombres procedentes de distintos países abuelos de los actuales habitantes y por empresas que todavía existen como la de ferrocarriles Canadian Pacific. El viaje de Madrid a Vancouver. Como os decía, los aviones nos permiten viajar a cualquier lugar de nuestro planeta haciéndolo pequeño. Para viajar a Canadá nuestro avión pone rumbo norte. Tenemos la suerte de hacer un vuelo sin escalas desde Madrid a Vancouver, diez horas de vuelo, lo normal es volar vía Frankfurt o Londres, haciendo también escalas en la costa este de Canadá. Sobrevolamos España hacia Francia, Inglaterra, giramos hacia el noroeste, sur de Islandia, el Atlántico norte total, Groenlandia (territorio danés) un desierto helado, entramos por el norte de Canadá totalmente helado también en esta época, mes de mayo, cruzando este inmenso país para llegar a la costa del Pacifico de Canadá, hay que atrasar los relojes nueve horas, es estupendo porque hemos salido de Madrid a las 15.00 H. y estamos en Vancouver sobre las 18.00 H. del mismo día. En Vancouver. El aeropuerto de Vancouver esta en una isla, a pocos
minutos del Simpáticos los del control aduanero, ya vemos la gran diversidad multicultural de esta ciudad, en las caras de los policías, empleados del aeropuerto y demás. Viviendas unifamiliares con calles conocidas por el cine, mucho césped, muchos árboles y pocas vallas, según nos aproximamos al centro de la ciudad, donde está nuestro hotel. Primer recorrido por la ciudad de Vancouver, nos
sorprende lo poco que se oye aquí el tráfico, los coches circulan como sin hacer
ruido, no se oye ni un claxon. Por el rato que llevamos paseando Los restaurantes, koreanos, thailandeses, italianos
y
los típico de comida rápida. También es obligatorio visitar Tim Horton, como los
Starbucks de Usa y Europa pero con sabor canadiense. Aquí la gente camina por la
calle con un enorme vaso de helado con café en verano o ahora con su Cuando los españoles volvemos a nuestro hotel ya ha pasado la media noche de largo, en España se están levantando y aquí todavía no nos hemos acostado, no se nota un especial cansancio, a pesar de llevar ya unas cuantas horas sin dormir. Después de la visita obligada a un Tim Horton para el último café del día, de regreso al hotel sorprende que hay gente por la calle bastante joven pidiendo, esta es una sociedad del bienestar donde hay bastantes carteles de Help Wanted, (se necesita empleado), hay excluidos en todas las sociedades, las drogas y el alcohol hacen estragos en todos lados. Una cosa, el idioma aquí es el ingles, por supuesto, pero con un nivel de ingles básico y con el animo de querer entenderte de estas gentes es suficiente. Hay personas que hablan español, inmigrantes de toda Sudamérica. Ellos también se alegran de conocer a un spanish de Europa. Mejicanos, colombianos y de todo el continente. También hay quien estuvo en España y aprendió algo de español y quién estudia en la universidad español. Lo dicho, el idioma no es problema, como decía un compañero de viaje, es estupendo, clase de ingles intensivo gratuito. Al día siguiente una de las visitas obligatorias de esta ciudad, el Stanley Park. Zona verde de la ciudad donde se practica deporte. El Central Park de Vancouver. Visita a Nort Vancouver, Capilano Suspensión Bridge. Un puente colgante entre árboles de más de cien metros de altura, en Europa hace siglos que acabamos con estos árboles. Grouse Mountain, con un impresionante vista sobre Vancouver y con un funicular impresionante, aquí se recibe un primer impacto de lo que es la naturaleza canadiense. Por la tarde vuelta a Vancouver después de haber comido en alguno de los restaurantes de la ciudad. Buen pescado aquí, los vinos de Canadá y California sin cuerpo, al gusto americano. Sorpresa, en dos restaurantes diferentes encontramos en la carta vinos españoles, de Jumilla, olé por Murcia, los avispados murcianos han colocado aquí tan lejos sus vinos. Una cosa curiosa, los camareros y profesiones que en Madrid son atendidos por inmigrantes aquí son realizadas creo que por estudiantes, jóvenes canadienses. Visita al Chinatown uno de los
mayores del mundo, -no es recomendable por la noche, aunque aquí no pasa nada,
hay gente verdaderamente inquietante-. La gran inmigración china llego aquí para
la construcción del ferrocarril, estos inmigrantes no obtuvieron la nacionalidad
canadiense hasta bien entrado el S. XX, cuando fallecían obligaban al retorno a
su país, al fallecido. La zona de compras turística esta pegada al puerto del que parten los cruceros para Alaska. También aquí en el puerto aterrizan los hidroaviones que te acercan a Victoria en pocos minutos. La calle de las compras turísticas como os decía, es Gastown, pegada a Cordova St., sí con "v". Estas tierras fueron posesión española, cuando el dominio español llegaba desde Méjico hasta Alaska, aunque posteriormente pasaron a posesión de su graciosa majestad Británica. En Gastown St. camisetas y todos los souvenir de Canadá. En esta calle hay un reloj de vapor, las horas suenan con una sinfonía que produce el vapor. Los precios aquí se parecen bastante a los de Madrid,
solo en temas de golf he visto diferencias de precio importantes, se pueden
comprar unos buenos palos casi a mitad de precio que en España. La ciudad de Vancouver, en estos tres días, se puede resumir según mi impresión, en una ciudad tolerante y multicultural. Como una ciudad mediana española con un toque cultural capitalino, me parece uno de los nuevos barrios de Madrid, pero con gente joven que no aparca en doble fila y con bastante mejor educación. En Las Rocosas. Después de estos días en una urbe canadiense, vuelo de una hora hasta Calgary para iniciar un tour por la Rocosas. Estamos en la provincia canadiense de Alberta. La provincia de los recursos naturales de Canadá, petróleo y todo tipo de minerales y madera. Desde Calgary hasta Lake Louise dos horas de autobús, praderas impresionantes con viviendas espaciadas, son propiedad de los habitantes originarios de estas tierras, los indios. Estos paisajes han sido el escenario de películas como "Bailando con Lobos". En poco tiempo la Trans-Canadá Hwy 1 paralela al River
Bow y a la vía del ferrocarril, muy importante para Canadá, se pueden ver trenes
interminables con trigo y otras mercancias, nos
adentra en el Parque Nacional Banff, no es raro ver animales al borde de la
carretera hay carteles indicando peligro de choque con animales. A ambos lados
de la carretera unas Lake Loise y Banff, serán nuestros lugares de residencia
dentro del
Parque Natural de Banff. Ambos hoteles impresionantes y en un marco natural
inigualable. La carretera va paralela al río Bow, el río era la vía de
comunicación en la época de los pioneros. Banff pequeño pueblo es el centro El Hotel Fairmont Lake louise espectacular, delante del
lago helado de color esmeralda, el lago Luisa. Es una de las imágenes de las
Rocosas. Esta ocupado mayoritariamente por jubilados americanos y Camino del Parque Natural Jasper, donde se encuentra los campos de hielo Columbia Icefield, delante del autobús se cruza un oso con dos crías, espectacular. Antes de llegar al Glaciar Athabasca, el lago helado Bow.
Al llegar a los campos de hielo se cambia de autobús que te acerca a los Ice
Explorer, una especie de autobús con unas ruedas de impresión que te acercan al
glaciar, Canadá, el país donde sus ciudadanos han aprendido que hay que vivir de acuerdo a las poderosas fuerzas de la naturaleza, el clima y el entorno han enseñado a sus gentes una forma de ser especial. Vuelta a la normalidad de nuestros atascos ruidosos de Madrid. Nos llevamos el recuerdo imborrable en nuestras memorias del oeste de Canadá e imaginamos paraísos lejanos en nuestro deseo de ir aun mas lejos -otros lugares de Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Chile y muchos otros-, y sin embargo tenemos en nuestra vieja España montañas, llanuras, ríos, costas, todas envidiables, y muy cerca de nuestras casas espacios naturales admirables, os animo también a su visita y conservación. Si alguien quiere hacer algún comentario, es aquí. |